La belleza, la fragilidad, la singularidad de la naturaleza y los seres vivos en fotografías únicas, ganadoras o finalistas de premios como Veolia Environment, European Wildlife y Australian Wildlife.
Esta tortuga a la que contemplamos tan cerca entre las arenas blancas de la playa, ese oso polar que intentó hacer zozobrar la embarcación del fotógrafo, o esos cachorros de león en franca confraternización mientras en otra se ve a un león adulto devorando su presa nos deberían hacer recapacitar sobre la asombrosa diversidad de nuestro planeta.
Y por último, como duro contraste con este asombroso universo, la destructiva huella del hombre que se muestra en la fotografia de un bidón abandonado en una playa de Somalia.
Aprovechando la inestabilidad política de ese país y la ausencia de vigilancia costera, un número indeterminado de bidones han ido apareciendo en las playas en los últimos años. Muchos de ellos han perdidc el sellado por la corrosión del mar y han vertido parte de su carga que se cree son residuos nucleares o químicos de altisima toxicidad: oleadas de peces muertos, niños con malformaciones genéticas, gente que muere por contaminación tóxica. Empobrecimiento de la población que ya no puede dedicarse a la pesca.
La tierra: organismo vivo que respira y se transforma continuamente, cuyos oceanos tienen una gran poder de regeneración pero no ilimitado.
Un deseo para el año entrante: que las grandes potencias se decidan a firmar el Protocolo de Kyoto.