Los Poemas de Amor que escribió John Donne (Inglaterra,1572-1631) fueron compuestos probablemente a lo largo de su vida, aunque no se publicaron hasta después de su muerte.
La temática y los sentimientos que expresan me recuerdan la mejor poesía lírica de Quevedo, su intensidad, su profundidad; también como Quevedo tuvo puestos en la corte y cayó en desgracia, en caso de Donne debido a su matrimonio secreto con la sobrina de su protector. Fué viajero y soldado a las ordenes de Walter Raleigh en sus barcos corsarios. Era, en fin, un hombre de su tiempo, aventurero, cortesano, poniendo su pluma al servicio de varios nobles.
Sus poemas, además, tienen rasgos conmovedores y patéticos, casi una endecha, que recuerdan a Garcilaso de la Vega, que le precedió en el tiempo.
Canción (Fragmento)
Ve, intenta capturar una estrella fugaz, empreña a la raíz de la mandrágora, cuéntame dónde están los años idos o quien le hendió al demonio la pezuña, enséñame a escuchar los cantos de sirena o a evitar de la envidia el aguijón, y a descubrir qué viento le permite avanzar a una cabeza honrada.Si naciste dotado para extrañas visiones, para ver cosas invisibles, cabalga diez mil días, diez mil noches, hasta que la edad nieve sus canas sobre tí, y cuando vuelvas, ya me contarás los extraños prodigios que te hayan ocurrido, y jurarás que en ningún sitio vive mujer que sea hermosa y fiel.
EL SOL NACIENTE
Terco viejo chiflado, desenfrenado sol, ¿por qué vienes así, a llamarnos cruzando ventanas y cortinas? ¿Deben sus estaciones los amantes adaptar a tus giros? Mísero descarado pedante, vete y riñe a alumnos retrasados y a huraños aprendices, vete y dí a los monteros que el rey va a cabalgar, llama en el campo a las hormigas a faenar en la cosecha; el amor, siempre igual, no sabe de estaciones ni de climas, ni de horas, días, meses, los harapos del tiempo.Tus rayos ¿por qué piensas que hay que reverenciar, que son tan fuertes? Yo podría eclipsarlos y nublarlos con solo un parpadeo si así no la perdiera de vista tanto tiempo. Si sus ojos los tuyos no han cegado, mira, y mañana, entrado el día, cuéntame si las Indias de especias y de minas están donde tú las dejaste o aquí yacen conmigo. Pregunta por los reyes a los que viste ayer y oirás «yacen todos en una cama, aquí».
Ella es todos los reinos y yo todos los príncipes, y nada más existe: nos imitan los príncipes; comparado con esto son mímica las honras y la riqueza alquimia. Tú eres, sol, la mitad de feliz que nosotros, en quienes todo el mundo se ha concentrado así; tu edad pide reposo, y ya que es tu deber darle calor al mundo, caléntandonos lo haces. Luce para nosotros, y estarás por doquier; esta cama es tu centro, estos muros, tu esfera.
UNA FIEBRE (Fragmento)
No mueras, no, pues voy a odiar a las mujeres tanto, si te vas, que ni siquiera a tí te elogiaré cuando recuerde que eras una de ellas.Aunque morir no puedes tú, lo sé; muerte es dejar detrás de sí este mundo, mas cuando de este mundo tú te marches se evaporará el mundo entero con tu aliento.
O si cuando te marches, alma del mndo, él permanece, será tu despojo tan sólo, la mujer más hermosa un fantasma de tí y gusanos corruptos los hombres más valiosos
Y no puedo dejar de incluir ese hermoso poema por el que la mayoría de nostros llegamos a conocer a Donne:
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. «