A CUANTOS AMAN LA AZUL LEJANÍA
A cuantos aman la azul lejanía: los que desde el alba a la noche, buscando fugitivos rincones camináis sin desalentaros en la vana búsqueda; los que río cantarín abajo, zagual en mano, joviales remáis salpicando al sargo saltarín o fondeáis en la raíz del sauce; los que, más osados, de la fangosa ribera zarpáis, llevando aquel arca de cedro entre aves marinas y el rugido del mar inmenso, tan profundo y tan claro; o los que, en fin, marcháis adonde vuestro corazón os lleva sin importaros otra cosa, y oís, sentados junto al fuego del hogar, ruido de pasos en Utah o Pamere:aunque largo el camino y duros sean el sol y la lluvia, el rocío y el polvo, aunque en la desesperación y el ansia del camino enterrados queden los mayores, y extravíense los hijos al final, oh amigos, estad seguros de que suceda lo que suceda, allá en el horizonte, en el confín de los confines, veréis aparecer la ciudad dorada. MI CASA
Mi casa … Pero escuchad a las claras palomas que hacen de mi tejado el campo de sus amores, dando vueltas todo el día alrededor del gablete y llenando las chimeneas con su zureo. Nuestra casa, dicen ellas; y la mía la declara el gato extendiendo su dorada pelusa sobre las sillas, y mía, el perro, levántandose furioso si algún pie extraño profana la vereda. Así tambien, el corzo que adorna mis campos; y hasta el jardinero llama suyo el jardín.
Quien ahora, derrocado, vigila la sencilla morada y su último reino, sólo tiene el camino. REQUIEM Bajo el inmenso y estrellado cielo, cavad mi fosa y dejadme yacer. Alegre he vivido y alegre muero, pero al caer quiero haceros un ruego. Que pongáis sobre mi tumba este verso: «Aquí yace donde quiso yacer; de vuelta del mar está el marinero, de vuelta del monte está el cazador»
Por favor publiquen el poema completo Mi Reino de Robert Louis Stevenson, gracias.
Siento no poder complacerte; no dispongo de ese texto pero creo que podrás verlo en otros blogs que he visto. Stevenson era un gran poeta y me costó elegir unos pocos poemas entre todos los suyos.
Un cordial saludo.