Márgara Russotto (Italia, aunque residente en Venezuela) y Anabelle Aguilar (Costa Rica), son las artífices de este libro, a modo de herbario poético.
Al final del libro aparecen las instrucciones para construir un auténtico herbario. Nos explican su origen: » En el invierno de 1892 falleció Evangeline Paynter en su modesto hogar, una aldea perdida en medio del Caribe. Había emigrado desde Nottingham, Inglaterra, con sus once hijos después de separarse de su marido. Fue una comadrona apreciada y vivió hasta los noventa años. Entre sus pertenencias, facturas, cuentas y cartas, se encontró también un cuaderno de anotaciones varias, y un herbario comentado que reproducimos textualmente»
Las poesías de esta obra nos llegan como un homenaje de Márgara y Anabelle a aquella Evangeline que tanta devoción sentía por la botánica y que, con una intuición asombrosa, nos dice al final de las instrucciones de su cuaderno:
¿Como? ¿Por qué? ¿Cuándo? Este es el punto más difícil. Algunos aman los herbarios, no por ser útiles sino porque son la memoria esencial de la tierra. Cuando el planeta esté tomado por las máquínas pavorosas quedarán los herbarios flotando en el espacio señalando el origen de nuestra humanidad.
Vayan a continuación algunos hermosos ejemplos de los poemas escritos por Russotto y Aguilar:
Coffea Cantata
Coffea Arabica.
Ella se sienta y aparta el caos como con la mano una cortina: mira el paisaje que esplende. Y de todas las máscaras elige ésta. Dice: es ésta, la del café oscuro. La mañana es exactamente así: De café oscuro recién colado la mañana la pestañeada de leche legañosa ante la puerta Una visita de pura claridad Por un momento ella suelta el caos junto a las toallas sucias en la cesta. Gracias a Dios, dice, y besa a los niños, y deja evaporar los venenos de la noche. Y en la hornilla del café contempla chamuscándose astillas del pasado sin sentido, fracturas expuestas y otras estrategias de supervivencia chamuscándose chamuscándose.
Todo en perfecta combustión.
Gracias a Dios no es el caso de tomárselo a pecho.Gracias a Dios amanece algunos días sin novedad, con las guerras de siempre entre poblaciones hoscas y altivas que no renuncian a su café, donde se acaricia al gato mientras tanto, al gato inexpugnable y a los hijos rebeldes que corren con los monos. Llamas del último día cada día el último día e instante antes que el mundo se deshaga en ruinas y se enfríe esta taza de café que les ofrezco.
Eterna Belladona
Atropa belladona
No se opaca el rayo atenuado por la cortinaLas hojas de belladona son pobres por sí solas el perfume mágico es con azafrán y alcanfor
Así concurren las mujeres aromadas en círculo cada noche llevando lámparas con aceite de camelia.
Hola. Podríais decirme por favor qué editorial publicó este libro o algo más. Vivo en España y me interesa mucho. Encontré vuestra entrada y he de decir que habéis ganado una lectora.
Hola, Herbario se editó por Ediciones Torremozas, Colección Poesía de Mujeres. Supongo que estará agotado en librerías pero seguro que a través de internet lo puedes conseguir. Buena suerte y un cordial saludo.