He preferido nombrar la película con su auténtico título traducido a español porque creo que refleja con más autenticidad la historia que narra.
Aquí se estrenó con el nombre de El Gran Combate. John Ford la dirigió, con 70 años y creo que fue su último film. Es una película valiente, donde el mismo Ford, en contra de sus films donde glorificaba al ejército, expone una nueva mirada, más justa y humana, sobre el trágico destino de las tribus que poblaban las praderas de Norteamérica.
El pueblo cheyenne está recluído en una reserva en Oklahoma en condiciones miserables. Su jefe decide huír con su pueblo y volver a sus antiguos asentamientos donde vivían cazando y eran libres. Son perseguidos sin piedad por las tropas, ante la impotencia y compasión de unos misioneros cuáqueros que intentan protegerles.
Por un lado la ingenuidad de los indios que habitaban las grandes llanuras y su imposibilidad para entender que habían sido invadidos por una cultura con tecnología superior; debían someterse y adaptarse a ella para poder sobrevivir (de hecho algunas tribus que ya eran agricultores y ocupaban espacios reducidos fueron respetados). Por otra parte la lucha implacable del ejército norteamericano para desalojarles de sus enormes territorios que inmediatamente eran ocupados por colonos blancos.
Sentida interpretación de Carroll Baker como la joven misionera testigo del desastre y de Richard Widmark como el oficial que intenta detener la matanza.