Una de las pocas pero magistrales películas que realizó Elia Kazan.
La historia es simple: En los años 50, una televisión local de tercer orden en Estados Unidos descubre de forma casual a un vagabundo dotado de gran carisma y le convierte en estrella.
Un alegato y una denuncia del poder de los medios, su capacidad de enmascarar, de manipular la opinión pública y también de destruir.
También una mirada despiadada sobre las pasiones humanas: la ambición, la deslealtad, el ansia de poder.
Maravillosa interpretación de Andy Griffith dando vida al protagonista. Fue tal la fama que le dió este papel que, de alguna forma, le apartó del cine, ya que dispuso de sus propios programas en la televisión durante muchos años. Sólo más tarde, ya a edad madura retornaría en papeles de carácter.
Uno de las primeras apariciones de Patricia Neal, como la periodista que encumbra al desconocido … y descubre el monstruo que ha creado. Y, junto a ella, debut cinematográfico de Walter Matthau, en un rol dramático muy alejado de aquellos que le dieron fama posteriormente.
Absolutamente recomendable.