DUELO DE TITANES

 

John Sturges, heredero directo de los míticos John Ford y John Huston, y que lograba  imprimír a sus films la misma intensidad y pasión que los maestros dirigió esta versión sobre el duelo en O.K. Corral.

No tengo que señalar que es una de mis películas preferidas sobre la conquista del Oeste; en esta historia, casi más que en ninguna que otra, se expone con gran sencillez y naturalidad la forma de vida que esa misma conquista imponía a los que se adentraban en aquellos territorios: hoy eran cuatreros o asaltantes de bancos; mañana, sin embargo podían ser contratados gracias a su manejo de las armas, como sheriffs por los habitantes de alguna pequeña población. Esta práctica parece que era común y una vez volvían a la legalidad, eran aceptados de nuevo por la sociedad.

Esta es la historia de dos personas: uno de ellos un pistolero a sueldo y buscavidas reconvertido en autoridad (Wyatt Earp) y el otro, (Doc Holliday) un dentista, un miembro respetable de la sociedad,  que por avatares de la vida se pasa al lado oscuro.

Circulan diferentes versiones sobre la auténtica biografía de Wyatt Earp, así pues, en el guión realizado magistralmente por León Uris se intentó sobre todo captar el «espíritu», el «carácter» e incluso los actores tenían un gran parecido con los protagonistas reales de la historia:

Doc Holliday

 

 

 

 

Wyatt Earp

Kate

 

 

Y aquí los de los actores que les interpretaron:

 

Burt Lancaster como Wyatt Earp

 

Kirk Douglas como Doc Holliday

 

 

 

 

Jo van Fleet como Kate

 

Y este es el auténtico saloon de Tombstone:

Esta conocida historia relata el duelo que sostuvieron Wyatt Earp y sus hermanos, ayudados por Doc Holliday contra los hermanos Clanton, que traficaban con ganado robado (algo de lo que el mismo Earp había sido acusado años atras, antes de pasarle a la legalidad).

Earp se había hecho amigo de Doc Holliday, un jugador profesional, ex-dentista, que recorría las principales ciudades del medio Oeste. A propósito de él, dijo Wyatt Earp en sus memorias:

«Encontré en él un amigo leal y una excelente compañia. Era un dentista que se vio obligado a ser jugador;un caballero a quien la enfermedad convirtió en vagabundo; un filósofo a quien la vida le hizo ser caústico; un tipo rubio y flaco, cercano a la muerte por consunción y al mismo tiempo el jugador más inteligente y el hombre más rápido, ágil y certero con un revólver que yo haya conocido»

Doc Holliday conoció a Kate, procedente de una familia de inmigrantes acomodados ( su padre era médico), pero a quien las circunstancias arrojaron la vida en los Salones de las poblaciones fronterizas y allí conoció a Hollyday con quien mantuvo una larga relación, por momentos autodestructiva, unidos en gran parte por su procedencia, superior a la de aquellos que les rodeaban.

Las notables interpretaciones que hicieron Burton y Douglas, la magnífica fotografía y la música de Dimitri Tiomkin se aunaron para conseguir una película magistral sobre el género, que no desmerece en absoluto de la versión que hizo John Ford sobre esta misma historia, «Pasión de los fuertes».

Esta entrada fue publicada en Cine. Guarda el enlace permanente.