Hubo un tiempo en que las letras de canciones eran auténticos poemas:
Cadenas corroídas de lunas en prisión destrozadas por el sol. Ando por un camino, cambian los horizontes Ha comenzado el torneo. Toca su canción el flautista púrpura, Y el coro canta con dulzura Tres canciones de cuna en lengua ancestral, En la corte del rey carmesí.El guardián de la ciudad Pone cerrojos a los sueños. Aguardo a la puerta de los peregrinos Sin plan preconcebido, Salmodía la reina negra, la marcha fúnebre. Sonaron las cascadas campanas de bronce; convocando a la hechicera del fuego A la corte del rey carmesí.
El jardinero planta un árbol mientras está pisando una flor. Persigo el viento de un prismático navío Para probar lo dulce y lo ácido. El malabarista eleva la mano Y comienza a sonar la orquesta, Al lento compás de la rueda del molino de la corte del rey carmesí.
Lloran las viudas en las dulces mañanas grises Los sabios cuentan chistes Corro al alcance de señales de presagio Que justifiquen el engaño El bufón amarillo no actúa pero tira suavemente de los hilos y sonríe cuando bailan los títeres En la corte del rey carmesí.