Excepcional película dirigida por René Clement.
El alma infantil enfrentándose a la experiencia de la guerra y de las pérdidas que conlleva: la muerte de los seres queridos.
Y sin embargo la historia se desarrolla con una naturalidad casi totalmente exenta de drama o tristeza, excepto en una escena. Los niños, con su capacidad de autodefensa, convierten en un juego aquello que no se pueden explicar porque nunca lo habían vivido antes. Los mayores, incapaces de ver más allá de su mundo y de las convenciones, les reprenden.
Y como inigualable fondo musical, las sentidas notas de nuestro «romance anónimo».
Todos los personajes de la historia, los niños y los adultos, son contemplados con ternura por René Clement que, además, provoca la sonrisa cuando no la carcajada, con los graciosos diálogos y situaciones de la familia campesina en algún lugar de Francia.
Excelentes los actores, que por momentos parecen ser simples aldeanos interviniendo por accidente en un film.
Obtuvo entre otros premios, el Oscar a la mejor película y el León de Oro en Venecia.