La locura de la guerra a través del diario de un joven soldado:
» A menudo me asaltaba un tristeza sin límites. Hurgaba en los escombros de mi juventud y dudaba de que pudiera atizar las cenizas de mi existencia para hacer surgir nuevas llamas. Me paseé por la frontera, extirpé los recuerdos del mar, la música la poesía, olvidé casi mi nombre y me entregué a las sombras, al ser fantasmal de mi máscara: la máscara del soldado risueño … repudié a mi Dios. Como un náufrago de mi destino, eso me lanzó a una playa vacía, con el infinito ante mí y tras de mí los puentes volados del pasado, y entre mil caminos ninguno me llevaba a casa»
(Diarios de Willy Peter Rees, soldado alemán caido en el frente oriental. Rusia. 1941-1944)